Ya lo dijo el sabio: dejemos lo justo en las manos menos apropiadas: la justicia. No, señor juez, no confío en usted; ni siquiera en los que tiene detrás. Se le ha otorgado demasiado poder y con el tiempo se acomoda, se rasca los cojones y comete errores. Tengo un ambivalente sentimiento de esperanza y frustración ante las sentencias, resoluciones, vistas previas, mantras y demás píldoras de sabiduría que con frecuencia me llegan. Qué digo, me llegan, busco, anhelante, con ardiente sed de consuelo para el alma y júbilo para el ánimo. Entre vigilias de alcohol y amarga bilis, acudo en busca de inspiración y de animosa exaltación a la sabiduría de todos los tiempos en busca de estímulo para, no solo atravesar mejor o peor este triste y lacrimógeno valle, sino gozar dichoso de la vida como si de un lujurioso cuerpo de puta en celo se tratara. Y nada más cerrar el libro de Thomas Pynchon, el cómic de Spiderman o la última revista de Private, vuelvo al mundo real y a tropezar una y otra vez con los mismos torpes afanes, que como espumosa y fútil marejada, se estrellan destruyendo una parte infinitesimal de la roca.
Bien sabe que ese sentimiento indefinible que llamamos amor y creemos inagotable y nos supera, a menudo llega a su fecha de caducidad. Cuando esto sucede, a veces, una de las dos partes no deja libre a la otra y la sume en un duro peregrinaje de mutilación mental, dolor físico y subyugación de la personalidad. Qué me cuenta a mí, señor Juez, del ego, el superego, el alter ego y no sé qué pollas más, cuando ante tal sinsentido, conviene armarse de valor y hacer un alto en el camino, ladear la espalda y desprenderse de ese inútil equipaje para la vida. Qué hará que sea tan lenta e inepta, señor Juez, la señora Justicia para la que trabaja, que montones de denuncias desatendidas y leídas pugnan por desbordarse del hueco donde yacen olvidadas, ¡qué gran consentidor es usted! Mientras que, a personas que necesitaron de su eficacia y de un sistema competente, se las ha llevado la portadora de la guadaña de manera injusta y prematura, por aquellas que una vez amaron.
Yo hubiera deseado unas palabras diferentes respecto a usted y al desempeño de sus funciones y porque no, la compañía de una bella mujer que, como Al Pacino en Esencia de mujer, guiara mis pasos en pos de una velada no accidentada. Y digo no accidentada, no porque sufra de invidencia como en la película que protagoniza el gran Al, sino que voy ciego de tantos tragos para aguantarle a usted. Y a dos tragos más que me casque, casco.
Y es que no creo en usted, juez infame de las pelotas.
Justicia, otra bella palabra.
A pesar de todo, y con todos los defectos que tienen, casi son la única esperanza que queda en este país, siempre que hagan bien su trabajo.
Si no lo hacen, son tan dañinos como el que más, pero ahí los tenemos, unos en los platós y otros en la política. Demasiado protagonistas la mayoría.
Saludos.
Ay, Cabrónidas, qué amargo e indignado se te lee últimamente.... Justicia, Libertad, Amor, Dignidad, Lucha, Individualidad, palabras con mayúsculas que hoy por hoy se han venido estrepitosamente abajo. ¿Qué nos queda? ¡¡¡Anarkía y cerveza fría!! y creernos que las cosas pueden cambiar, luego salir a la calle para intentar cambiarlas (porque desde el sofá de casa es harto dificultoso) y sino siempre nos quedan los bares. Alcohol mediante todos somos grandes Justicieros.
Cancioncita matutina !!!!...... qué tiempossssss aquellossssss..... https://www.youtube.com/watch?v=29KuS5pyGIw
Kisses.
Justicia es esa señora ciega con la balanza en la mano, como quieres que se entere, se hace la tonta, a ver si un día se quita la venda de los ojos jajjaja o se la quitan los justos de una puta vez, y la balanza igual es la que gasta para pesar el oro que gana prostituyéndose o vendiéndose a la mafia. Y pensar que quise ser abogada y justiciera, menos mal que me hice puta, mi sentido de la justicia es más justo así.
Decia Willian (el de Shakespeare) en Hamlet: "Cuantas veces con el semblante de la devocion y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo"..
La Justicia en España es un chiste de mal gusto, tan solo funciona contra la falsificacion de moneda, que cuando les atacan ahi, les duele.. lo demas son brindis al sol.
Blue, esperanzado estoy de que alguna vez lo hagan bien. Su trabajo.
Es verdad, Sincopada, llevo con este tres artículos de indignación. Pero nada, esta noche me voy a la sala Apolo a ver Gamma Ray y Rhapsody of fire, y allí exteriorizaré mis demonios. Iba a poner la canción de zer bizio? para ilustrar el post, pero resulta que ya la colgué en otro escrito. Pero ya sabes: escribiendo sobre lo que sea, atendiendo únicamente a mi estado anímico, etílico o sobrio.
No me pasa nada, Jatz Me. Es decir, nada que deba considerarse mínimamente un problema. Feliz día para ti también y que sobrevenga, al menos, la justicia poética.
Lizzie, puta y justiciera es una buena combinación.
Completamente de acuerdo, Temujín. Un chiste que hace reír, pero de pena.
Jueces justos?... justicia...?
Donde, donde, que lo vea yo, que como Santo Tomás si no les meto el dedo en el culo no me lo creo. O no fue Tomás (¿?). Bueno, qué más da. Ya sabes a qué me refiero.
En fin, que como si de brujas se tratara en la edad media, en esta edad supuestamente madura, habría que apilar todas aquellas sentencias dilapidantes e infames, con sus respectivos infames sentenciadores, sobre pilas de estacas dispuestas cual pirámide fueran, en los medios de cualquier albero de esta piel de toro... y pegarles fuego a la vista de cuantos sentenciados injustamente no se quieran perder el espectáculo, el cual, por cierto, debería de ser sufragado por sus señorias y/o sus familiares. Algo así como en China, que las balas de los fusilados son entregadas y cobradas a sus parientes.
Ya te lo he dicho, escribes de vicio... cabrón-idas.
Cometemos un grave error cuando suponiendo que los jueces imparten justicia, en el mejor de los casos aplican derecho civil,penal, laboral etc.... que no tiene nada que ver con el romántico concepto de justicia. No existe la justicia en abstracto, existe lo que tú crees justo, que es diferente a lo que cree el de enfrente, diferente según el lugar que ocupes en cada asunto y cada momento y ... diferente visto desde fuera o dentro. Si como intuyo hablas de sentencias de divorcios, ahí casi siempre el pescado está todo vendido antes de que resuelva el juez.. son cien veces peores los fiscales que los jueces, sus conclusiones finales casi siempre son los borradores de las sentencias definitivas.
Y perdóname por llamarte raro en otro comentarios, no me deja comentar de mi misma tu blog ( no le gusto) soy un poco disléxica y además no me pareces Cabrónidas, solo un poco Carbonillas escribes con las tripas y eso me gusta. Ánimo.
Mahler, voy a empezar a afilar las estacas.
Cosa, intuyes mal. Este post iba de la incompetencia del sistema judicial respecto a las denuncias de maltrato. Lo que has dicho está muy bien y es cierto, pero no es justo y sí denunciable, penable y condenable que por ejemplo, yo pudiera llegar a conocerte y te soltara una hostia en toda la jeta por tener un mal día. No te molaría tanto si lo ves desde fuera o desde dentro. No hay nada que perdonar, llámame como te salga de tu santo o pecador tabernáculo.
Oh! me alegro haber intuido mal, así me das el pie para aclararte algo que quizá también expliqué mal. No me pareces fascista. Sí las letras de Hasél, porque incitan a matar. Trato con gente tipo Hasél y sus odiados maderos, son lo mismo en versiones invertidas. También trato con animales que llaman putillas a las mujeres y dicen alegremente que deberían ser rociadas con gasolina, va un loco lo escucha, lo hace y muere una. Por eso lo que dije en el otro post. Me da igual lo que se diga, mata a este NO. A lo mejor alguien muere por escucharlo. Los jueces se equivocarán o no, son humanos, pero no disparan adrede, ni incitan a nadie a que lo haga... Si vieras la de denuncias absurdas que colapsan los juzgados entenderías por qué no se llega a las que de verdad lo necesitan...Insisto, hay que ver las cosas desde dentro y desde fuera. Nada que ver si miras así. Gracias Carbonillas )
En esos asuntos de maltrato no hecho tanto la culpa al sistema judicial como a las leyes. Es ahí donde esto flaquea. Los mismos jueces han protestado de la manera que pueden, que es planteando recursos de inconstitucionalidad a una ley sin pies ni cabeza, en más de 200 ocasiones. Una vez que eso no llega a ningún sitio y rebota una y otra vez como una pelota contra la pared, solo les queda achantar.